Mantener un buen ambiente laboral es una de las prioridades de toda empresa, ya que de esto depende en gran medida el alcance de los objetivos y un flujo continuo en los procesos de trabajo.
Desafortunadamente existen casos donde los colaboradores adquieren una actitud negativa que afecta directamente el entorno, poniendo en peligro los resultados que se esperan alcanzar. La mala actitud laboral es una problemática bastante común dentro de las empresas, por lo que es necesario conocer sus causas, sus manifestaciones, y las formas de atender el problema para evitar un impacto negativo mayor.
Cuando un colaborador muestra una actitud negativa ante su trabajo y sus compañeros, esta suele afectar a todo el entorno. Dicha actitud se manifiesta cuando el trabajador muestra un actitud perezosa y apática, esparce rumores y chismes malintencionados, se queja sin razón, toma todo personal y actúa de forma grosera y hostil ante sus compañeros y sus superiores. En casos más delicados suele manifestarse en forma de acoso, donde es preciso atender la situación lo antes posible.
Pero ¿Qué causa este tipo de actitud negativa en el personal? Una de las razones más comunes tiene su origen en el aspecto económico, donde la falta de pagos o sueldos insuficientes provocan una mala actitud.
La carga laboral excesiva también influye en la adopción de una actitud hostil derivada del estrés y la presión sobre el colaborador. Un clima laboral tenso puede orillar a los trabajadores a tomar estas actitudes, por lo que identificar si se trata de una anomalía en el ambiente empresarial, o si solamente se trata de un caso personal.
Las consecuencias de no atender malas actitudes pueden manifestarse en una disminución de la productividad, bajo rendimiento, y en un entorno apático, pues una mala actitud no atendida genera un estado anímico negativo en otros colaboradores, por lo que es preciso una detección temprana del problema en busca de reducir un mayor impacto en la organización.
Realizar una evaluación en busca de las causas de dicha mala actitud es una tarea necesaria por parte de RH, para posteriormente confrontar al colaborador haciéndole saber que su actitud no beneficia en nada al entorno laboral. Finalmente, fomentar una cultura de respeto y empatía motiva a los trabajadores a ser mejores personas todos los días, por lo que una capacitación respecto a temas de inteligencia emocional y desarrollo humano nunca esta de más.
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