La discriminación, dentro o fuera del entorno laboral, es algo inaceptable que como sociedad debemos evitar a toda costa. Dentro del ámbito laboral, la discriminación se vuelve una constante que termina por generar consecuencias desfavorables para las organizaciones, que van desde el aumento del estrés del personal, las renuncias, hasta generar problemas más graves en los colaboradores que tienen como origen una actitud discriminatoria y de desprecio por parte de otros colaboradores, jefes, etc.
La mejor manera para atender estas situaciones desfavorables es la prevención de las mismas, lo cual se logra identificando situaciones, colaboradores con actitudes poco éticas y nada equitativas, o discursos que promuevan tratos hostiles contra ciertas personas, áreas o grupos en específico. Atender las causas es la mejor manera de evitar situaciones potencialmente peligrosas para la organización, razón por la cual es necesario tomar acción respecto a los casos de discriminación. La equidad y el trato justo dentro de la empresa deben funcionar como procedimientos preventivos, estableciendo que en la organización no deben existir tratos que beneficien a unos y perjudiquen a otros, ya sea en la asignación de tareas, en la carga de trabajo, o al momento de determinar roles de liderazgo y responsabilidad.
Establecer un camino seguro para reportar casos de discriminación, así como contar con un personal capacitado para atender dichas situaciones harán de nuestra empresa una organización lista para confrontar y erradicar todo tipo de acciones discriminatorias e injustificadas. Tratar de manera justa, con respeto y de forma equitativa a todos los colaboradores sin importar su condición, género, identidad o cualquier tipo de aspecto de carácter personal es el camino correcto para eliminar prácticas negativas en la organización y mantener un clima laboral profesional libre de prejuicios y actitudes hostiles.
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